Manu Campa, 36 años, es un chico clásico en todo, conduce un Ford del 36, sí, de la época en la que Henry Ford creaba los primeros coches a motor, pinta realismo y mantiene su lista de clientes en una hoja de papel impresa. Un día se da cuenta que aquel chico de Miami que le ha encargado el 911 del 73 no tiene aún ni su boceto hecho, se pone esa misma mañana con él. Está desbordado, su lista de espera puede llegar a más de 6 meses, en su estudio se amontonan lienzos por cada esquina. Recibe una llamada del hombre apasionado del M3 del 87, lleva dos meses con él. Deja el pincel, se olvida del Jaguar d-type del año 1957 que tiene delante y se va a terminar el Bmw. En EEUU Manu llega a ser un ídolo, Miami, la ciudad donde hay un mundo de seguidores de los coches especiales. Los clientes de esta parte del mundo crecen cada mes. Esa rueda se le ha atragantado, al Porsche ya sólo le falta la chapita de 991 T. Cada día un sueño entre manos, el sueño de cualquier ser humano apasionado de los coches expresado en un boceto, en un lienzo de realismo al que tan sólo le falta el sonido al ralentí de las maquinas que aparecen en estos. La gente joven no valora tanto este sentimiento, por eso con 36 años es de los más jóvenes en las concentraciones de coches clásicos.

Mientras la mayoría de los madrileños se despiertan en un atasco cada mañana, a pocos kilómetros de los túneles del pardo, una de las grandes congestiones del día a día en la capital, Manu Campa amanece también con coches delante de él, estáticos como los anteriores, pero éstos en forma de lienzo.

Me recibe en su estudio como si me conociera de toda la vida, sencillo, sin pretensiones, pero con un hobby que le hace feliz y que le da de comer, Manu Campa es un tio con mucha suerte. Estoy convencido de que susurra a cada coche que da forma en sus lienzos, habla cada día con ellos, los arranca y si pudiese se montaría en ellos. 

 

¿Por qué la pintura?

Pues estudié Bellas Artes en Madrid. Tengo antepasado artístico, mi tía era profesora de Bellas Artes en Salamanca y era pintora y mis abuelos diseñaban muebles y pintaban también por lo que no es nada extraña la decisión de pintar.

¿Por qué los coches?

Siempre me han gustado pese a que en mi familia no ha tenido nadie oficio relacionado con ellos. De pequeño siempre que iba al colegio pasaba por un taller Autotacómetro que sigue estando en Madrid y siempre ha habido coches clásicos. Desde que soy canijo me encantan los coches clásicos. Ahora tengo dos coches clásicos y he girado mi carrera toda en torno al automóvil.

¿Con qué coche soñabas de pequeño?

Pues tenía un Porsche 993 de Burago de escala en amarillo y siempre he tenido fijación en ese coche, yo creo que ha hecho mella en mí y por eso estoy un poco obsesionado con Porsche.

Y luego siempre me han gustado los escarabajos y tengo uno de los mas antiguos de Madrid con mucho orgullo. Siempre hay alguien que lo ve y se acerca y te cuenta alguna anécdota de su abuelo. Es un coche muy divertido.

¿Qué coche te gustaría pintar y nunca te lo han pedido?

No existe. Casi siempre cuando tengo un icono en la cabeza o descubro una historia sobre algún Porsche especifico y lo primero que hago es buscar imágenes que me pongan cachondo y pintarlo. Cuando hago exposiciones son cuadros que no hago para clientes específicos, únicamente para exponer, y entonces pinto sobre los que me gustan y nunca he pintado.

¿Por qué Porsche?

Es una marca muy redonda. Creó esa estética hace muchos años y lo de empezar con un modelo 356 y mantener esos dos faros redondos durante todas las generaciones de coches, me parece un acierto brutal. Tiene esencia, pasión, carisma. Cuando pruebas los coches de esta marca entiendes mucho de las cosas que pasan en el mundo del motor, he probado antiguos y modernos.

¿Colaboras con ellos?

He hecho colaboraciones tanto pintando cuadros para ellos en exposiciones o eventos de todo tipo como para alguno de sus clientes que ellos necesitan quedar bien con ellos y me los piden.

¿Cuál es el cuadro que más se te ha complicado?

No sabría decirte, normalmente los cuadros que son más grandes necesito matizarlo o rematarlo más que otros y se tiran más tiempo en el estudio.

 

¿Cómo ves las RRSS para un mundo como el tuyo?

Muy favorables, a casi todos los artistas que han mostrado su trabajo en las redes sociales les ha venido muy bien. Lo que antes era trabajar siempre con una galería y con un cliente final y había una burocracia, ahora es super directo, ahora tienes un coleccionista de coches de Japon o de Miami y directamente lo compran. Para gente como yo ha sido un bombazo, yo empecé a crecer en el momento en el que nació Facebook y fui de los primeros porque necesitaba dar a conocer mi profesión y ahora es Instagram la red social que facilita todo.

¿Tienes más clientes españoles o extranjeros?

Quizá el 60% es extranjero (un 40% de este serán americanos) y el 40% sea nacional.

¿Cuál es el coche que mas veces has pintado?

Es un 911 primera serie, colas de pato entre 1965 y 1973 habré pintado unas 45-50 de esa primera serie. Mucho vicio con ese coche.

¿Cómo ves la afición en España por el coche clásico?

Algo casposa pero es algo que no podemos criticar, siempre hacemos autocrítica destructiva tanto de la sociedad como de las cosas que no nos atraen. En mi caso, lo que ha pasado es que no ha habido oportunidad de tenerla. No hemos vivido en un país con tradición en este sentido.

En España sólo había Seat 600, somos nosotros los que tenemos ahora una apertura bestial pese a que estemos en el momento mas difícil porque sólo se cierran puertas por el tema ecologista pero mantener un patrimonio de coches clásicos es fundamental.

¿Crees que pasará de moda pintar coches clásicos?

No lo creo, no se si me aburriré, yo espero que no. Siempre ha existido esa figura del automóvil artis que lo llaman los yankies, tienen sus asociaciones y es un objeto mas, el icono que gusta es el coche igual que antes eran los caballos, por ejemplo

¿Qué haces en tu tiempo libre?

Entre la bici y los coches clásicos, aprender, restaurar y con la familia.

¿Cuántas horas pasas en el estudio?

Estoy casi todo el día, intento ahora que soy padre ir a casa pronto pero llego a las 8:30-9 de la mañana al estudio y salgo a las 7 de la tarde más o menos.

¿Tu último libro?

La biografía de Agassi, un libro curioso y divertido.

¿Plato de comida?

La lasaña de mi cuñada

¿Donde vivirías si no fuera aquí?

En Miami. Tengo una comunidad bastante importante allí de seguidores y me han descubierto una América diferente, muy diferente a la que conocía de interior. Es muy auténtica y disfrutona. Es una ciudad llena de oportunidades, no descarto vivir en Miami en el futuro.

 

Me despido de Manu, se da la vuelta y continúa con los faros del Jaguar d-type que aparece colgado al fondo de su estudio. Así es Manu Campa.

Fotos: DLM Magazine