Podría decirse que se trata ya de un secreto a voces. La gente que entiende de gastronomía y le gusta el buen comer conoce perfectamente lo que se cuece en este restaurante. Membibre ha sabido adaptarse a los buenos tiempos y ha superado la linea gruesa que hay entre quedarse como restaurante anticuado de barrio o modernizar su cocina y su sala para estar a la altura de los tiempos que corren. Esto es muy complicado. Algunos no se adaptan y caen y otros cambian tanto que pierden la esencia, y sin esto la cosa se torna complicada. Membibre ha sabido transformarse sin perder esto último.

Victor Membibre es la tercera generación de una familia que en 1968 abría una casa de cocina castellana auténtica. Y lo más importante, este chico de 24 años no está aquí puesto por su padre para heredar el negocio. Quedense con su nombre los que no lo hayan oído nunca. Victor se dedica a la cocina de verdad, sus grandes maestros han sido entre otros Hilario Arbelaitz o Jöel Robuchon. Se ha criado en Zuberoa, Etxebarri (3er mejor restaurante del mundo) y L´atelier). Son palabras mayores.

Lo mejor de todo son las opciones que Membibre da para conocer su cocina. Puedes hacerlo tanto en el restaurante como en la sala con taburetes altos donde la carta pasa a llamarse cocina en miniatura. Ambas opciones son igual de recomendables.

Membibre es una recomendación sincera, aquí no hay modas, no es un restaurante para dejarse ver, el que va a Membibre va porque quiere comer bien, nada más. Y esto es un consejo, aprovechad que aún no ha sido reconocido a nivel premios, como sabéis el precio siempre cambia en esos casos.