Hotel Fuente de la Higuera

Un falso hotel de dos estrellas

Es la primera vez que escribo un artículo en el mismo lugar del que hablo. Una mezcla de olores a tierra mojada (después de la tormenta) y a almazara, aceite u olivos atraviesa el improvisado salón de desayunos dejando inapreciable el aroma del café con leche de soja que acaba de llegar a mi mesa. Música de Sanjay Mishra suena de fondo (lo sé porque lo acabo de mirar en Sazham, no porque sea un entendido de la música). El chorro de la piscina deja una melodía de fondo relajante y todas las parejas hablan con un tono más bajo de lo habitual en España. Este conjunto de ruidos y sensaciones creadas al azar, forman y describen este pequeño hotel de dos estrellas, sí dos estrellas. Un rincón secreto en la serranía de Ronda, más propio de un estilo francés provenzal como La Colombe d´Or que de una casa de vacaciones andaluza. 

Un jardín bien cuidado y un edificio que mantiene la esencia clásica, con muebles de época y con un suelo interior de madera blanca que me parece precioso. 

Me encantan los hoteles con atención personalizada y familiar. Una atención muy buena para mí es una atención relajada, que no agobie al huésped, pero que le haga saber que cualquier cosa que pida es muy probable que se lo puedan dar. Cuando un huésped siente eso, es lo más valioso del mundo, ese es el verdadero lujo. 

Siempre que voy a un hotel, pido algo que no sea tan sencillo, pero a la vez que no sea demasiado complicado. Es la manera de probar si un hotel está preparado para todo. En el caso de un dos estrellas como Fuente de la Higuera, un simple zumo de frutas naturales mezclado a primera hora de la tarde puede resultar difícil de conseguir. En 5 minutos me llegó a la mesa de la terraza, un zumo de sandía con piña. No había licuadora, pero cuando quieres dar soluciones y buen servicio, cuando hay esa predisposición, todo lo puedes conseguir. Eso para mi es el buen servicio, y dan igual las estrellas o la categoría. 

Una habitación Suite Junior con bañera y ducha separada, con una cama de 2,20, una chimenea que en invierno debe convertirla en la mejor habitación del mundo, unas vistas espectaculares, una buena cocina y el servicio del que os he hablado, convierten a este hotel en un falso hotel de dos estrellas. 

Fuente de la Higuera es para mí uno de los mejores hoteles para desconectar de España.