MONCLER

La historia del plumífero de lujo

Hablar de Moncler es hablar de moda de lujo. Convertir una marca de sacos de dormir y tiendas de campaña para militares en una de las marcas de moda con más valor en la actualidad, es algo que sus creadores, el alpinista Lionel Terray, el fabricante de esquí, René Ramillon y el comerciante de artículos deportivos André Vincent, nunca llegaron a pensar cuando en los años 50, decidieron lanzar la marca en el pueblo francés de Monestier de Clermont.

Una marca de productos para la alta montaña, que acabaría popularizándose con el patrocinio del equipo olímpico de esquí francés. Su logotipo con su M en los tres colores de la bandera francesa, simboliza el poder, autoridad, pasión y  lealtad. Azul, blanco y rojo.

La aparición del plumífero Moncler, dos años más tarde de la creación de la marca, con su famosa ligereza y resistencia, hacen que esta prenda sea escogida por la mayoría de los alpinistas de la época. Expediciones como el asalto a los mayores picos de Nepal, en los años sesenta.

Los Paninaris y el Café Il Panino

Lo que percibimos como el “Columbia” de la época, iba a dar su salto de calidad y su transformación gracias a un movimiento en la Italia de los 80. Los llamados Paninaris italianos, los jóvenes adinerados que se concentraban en los alrededores del Café Il Panino en la céntrica Vía Agnello en Milán. Los Paninaris reflejaban una obsesión por el consumismo, por lo yankee, propiciada en parte por la publicidad de la televisión.

Pantalones remangados abajo de marcas como Levi´s o Armani, enseñando los calcetines de la marca Burlington, zapatos náuticos o las botas Timberland. Pero sin duda, hubo una prenda que aprovechó aquella moda de la juventud italiana, y ese fue el plumífero Moncler. Era la prenda fetiche, la más deseada, la que más hacía sentirte parte de ese movimiento. Así lo describe el propio Remo Ruffini, actual CEO de la firma. “Se lo pedí a mi madre. Llevarlo era toda una declaración de intenciones” señalaba en una entrevista en la revista GQ francesa.

Este boom del plumífero Moncler duró tan sólo esa época, unos 6 años. Eran muy pesados, y si se mojaba podían llegar a pesar 8 kilos. Si hay en la actualidad alguna premisa u objetivo de esta marca es precisamente la ligereza de los productos.

 

La llegada de Remo Ruffini a Moncler como CEO de la marca, impulsó a esta de nuevo, convirtiendo el plumífero en un objeto de deseo. Ruffini ha convertido a Moncler en una de las marcas de lujo más valoradas del mundo. Lo ha hecho utilizando la innovación, la estética, pero sobretodo identificando lo que el consumidor demanda. 

El llamado Hackathon, utilizado por las empresas de Silicon Valley, donde informáticos, programadores, diseñadores o gerentes de proyectos se encierran en espacios con el objetivo de crear el hardware o software perfecto. Moncler extrapolarizó este tipo de reuniones a la moda, celebrando su propio hackathon en el barrio de Tortona de Milán.

Ruffini dió otra vuelta de tuerca más a Moncler, creando el año pasado Moncler Genius, una especie de colecciones capsula creadas por diseñadores de renombre. Nombres como Pierpaolo Piccioli de Valentino o Mathew Williamson.

Esta innovación es transmitida por el propio Ruffini, cuando afirma “cualquier proyecto, ya sea un producto, un evento o un plan de comunicación, debe comenzar digitalmente, aunque luego se implemente en otros canales.

Moncler, ha sabido adpatarse a los tiempos, al consumidor, y es sin duda la marca de plumíferos de lujo por excelencia.