Restaurante La Parra

Un clásico que nunca pasa de moda

Hoy os traemos un restaurante diferente. La Parra es un restaurante con más de 30 años de vida en la capital española, un restaurante con alma donde la comida es un simple complemento más. Y decimos complemento porque a La Parra uno va a sentir, a disfrutar, no sólo a comer. La Parra es un todo, un conjunto de variables que actúan al unísono. Sin esa decoración, esas lamparas, ese ambiente, esa comida o ese servicio, no se entendería el mismo.  Cualquiera que pasa por la puerta de este restaurante no se imagina lo que puede respirarse al atravesarla. Una iluminación perfectamente medida convierte a La Parra en uno de los sitios más románticos de Madrid.

Sevilla, Londres y Madrid son los nombres de las ciudades que aparecen grabadas sobre el gran azulejo iluminado en la misma puerta. Las tres ciudades tienen su representación también en el interior. Una barra de capitoné con taburetes propios de un pub inglés se mezcla con una pared de azulejos andaluces que dan al restaurante un aspecto de cortijo inglés.

Así se explica mejor la historia de un matrimonio compuesto por Brian Walmsley, un actor inglés que encandiló a Teresa Pérez de Guzman (Sevilla) no sólo para pasar juntos la vida, sino también para comenzar una andadura hostelera con un restaurante en Málaga. De Málaga se fueron a Londres donde implementaron el estilo, la gastronomía y el carácter andaluz, convirtiendo aquel templo en un restaurante con comidas alocadas. 

La vuelta a Sevilla en los años 70 hizo que la hija de este matrimonio, Tessa, conociese a Ginés Sanchez, quienes abrieron más tarde en Madrid el actual restaurante La Parra. Tradición familiar y un triangulo de tres ciudades que se explica, Londres, Sevilla y Madrid.

Ginés y Tessa convirtieron este restaurante en uno de los sitios más especiales de Madrid. La más alta representación política, social, económica y cultural de la capital de España visitaban La Parra.

37 años de funcionamiento donde los creadores y sus dos hijas han cuidado cada detalle de la decoración y de una cocina con un estilo muy personal, basado en sus gustos particulares y en sus experiencias. La Parra es un lugar único. 

Las dos hijas de este matrimonio, Tessa y Andrea, mantienen una tradición con el mismo gusto con el que se creo este restaurante. 

Un lugar conocido por muchos y que todo el que atraviesa esa puerta siente esa sensación triste de paso del tiempo, de nostalgia de tiempos mejores, y alegre a la vez, por poder seguir disfrutando de lugares así.

Las primeras citas de Miguel Boyer e Isabel Preysler o los aniversarios de Nacho Cano con su novia de entonces Coloma Fernandez en la mesa 9, donde nació la canción “Siete de Septiembre”. La Parra ha sido testigo de numerosas cenas románticas y sigue siendo uno de los lugares con mayor encanto de la ciudad. 

 

Nos encantan los restaurantes donde el aperitivo es una parte importante de la comida o la cena que vas a disfrutar. Una carta suficiente y con muchos clásicos que siguen gustando a una clientela bastante fiel.

Mención especial al Socarrat con carabinero o su clásico steak tartar. 

Restaurante La Parra

Fotografía: DLM Magazine