Roostiq

Una granja en la ciudad

Me preguntaban esta semana en una comida, cual era el top 3 de restaurantes de Madrid. Qué fácil es hacer esa pregunta y que difícil es siempre responder. Por dos motivos, lo primero por ser muy general, y el segundo motivo la amplía variedad que ofrece la capital, quedarse con tres restaurantes es un misión complicada. Valoramos el ambiente, el lugar, el servicio, la gastronomía y según que importancia demos a cada una de estas cuatro, elegiremos un lugar u otro. Si en todas ellas es un 10, el restaurante te vendrá más fácil a la cabeza.

Eramos 5 en la mesa y dos dijeron Roostiq. Roostiq no es un 10 en todo, pero si cumple con nota cada uno de los puntos a valorar en hosteleria. Un espacio para disfrutar, con luz perfecta, con una parrilla de 10, con un horno de leña napolitano y con un producto de granja para saborear.

Así lo quería Alberto Zoilo, su propietario, un lugar donde rendir homenaje al disfrute, al buen vino, a la buena carne a la parrilla, a unos buenos tomates de huerto, una pizza napolitana o sus reconocidos torreznos ahumados, finos y crujientes. El fuego como forma de cocina,

De las dos fincas de Alberto Zoilo en Palazuelos (Ávila), denominada Roostiq Land, salen las mejores verduras, pollos, setas y carne fresca. Un lugar que hace de fábrica alimenticia para el restaurante. 

Se acompaña todo con una gran carta de vinos con referencias importantes de vino nacional y extranjero. Acompañar la cena de un buen champán y terminarla con su sensacional tarta de queso.

Con todo esto, Roostiq se convierte en un completo, un lugar del que siempre acordarse en Madrid para tu propio top 3, top 5 o simplemente para visitarlo de vez en cuando.

 

Localización

Calle de Augusto Figueroa, 47

Precio medio

45-55 euros persona/carta 

Mesa a reservar

Cualquier rincón es precioso, pero nos gusta la sala cercana a las brasas. Si vas en grupo imprescindible la mesa del pequeño reservado

Dress Code

Día, ropa informal o formal.

Noche, más formal

No es necesaria chaqueta en hombre

 

 

 

 

Texto y fotografía: DLM Magazine